«Solo quería mostrar un malestar que nadie veía»

Ahora sé que cuando me atuolesionava lo hacía para demostrar que tenía un malestar que no veía nadie, pero que estaba dentro de mi, que era una manera de mostrar físicamente lo que me pasaba y pedir de alguna manera ayuda. Cuando empecé a hacerlo, tenía catorce años. Al principio, creo que era un tipo de castigo que me autoinfligía. Cuando tenía ansiedad, me rascaba, en el resto de situaciones, cuando no podía controlar las emociones que me provocaban, me hacía cortes. Y así, de tanto hacerlo, al final creo que se convirtió en un especie de hábito para mí.

Cuando avisaron a mis padres de lo que estaba pasando desde el instituto, ellos no pudieron entenderlo, solo supieron cuestionar y criticar mi actuación sin intentar saber por qué lo hacía. Y esto provocó discusiones, distanciamiento y desconfianza, y me sentí todavía más sola, y la frecuencia de las autolesiones aumentó. De hecho, cada vez estaba más aislada y mi entorno se fue alejando de mí. Pero no pedí nunca ayuda. Fueron mis padres, que desbordados por la situación y viendo que había un trastorno alimentario asociado, decidieron llevarme a urgencias.

Tres años después, puedo decir que no ha sido una lucha de un día, sino un camino extremadamente largo en el que que ha habido muchos momentos en los que he querido tirar la toalla. Pero no podemos dejar de caminar hacia el futuro que querríamos, hacia llegar a ser la persona en quien nos gustaría convertirnos. Y esto es lo que he hecho, dialogar conmigo misma, valorar quién he sido, quién soy y quién quiero ser, cambiar la perspectiva y evolucionar. Lo que ahora sé es que el momento presente no es para siempre, que puede cambiar y mejorar. Y el tiempo no lo cura todo, como acostumbran a decir, pero sí te enseña a ver las cosas de otro modo. Todo el mundo es capaz de superar estas situaciones, cada cual a su ritmo, pero de verdad que, si yo he podido, a pesar de haber tenido momentos en los que me he sentido en la más absoluta «miseria», cualquier otra persona también lo puede hacer.

Creo que me autolesionaba para mostrar físicamente lo que me pasaba y pedir de alguna manera ayuda.

Para poder salir adelante me ha ayudado mucho sentirme útil, estar ocupada y distraída. En mi caso, ayudar a los demás me llena muchísimo y hacer prácticas en una residencia ha sido muy positivo para mí. Pero también, y esto puede ser un mensaje para el entorno, es muy importante sentirse comprendida, querida y acompañada por la pareja, las amistades y la familia, tener una persona «vitamina» a tu lado.

Y si tú estás pasando por una situación parecida, no pienses que solo estás haciendo daño a «tu yo presente», sino también a «tu yo futuro», y que te dejarás una marca que durará por siempre jamás. Piensa sobre todo que no estás sola, pide ayuda y podrás salir adelante.