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¿Qué hay detrás del término QualityRights o Derechos de Calidad?

«Los QualityRights son una excusa para cambiar totalmente la mirada hacia las personas con un problema de salud mental. Sin estos Derechos de Calidad no podríamos prestar una atención a la persona desde el punto de vista de sus derechos. La Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad aprobada en 2006 establecía claramente que los derechos de las personas con cualquier discapacidad deben garantizarse, pero no solo garantizarse, sino respetarse. Por tanto, es necesario que toda la población, los profesionales y las primeras personas tengan muy claro de qué estamos hablando exactamente. Hablamos de derechos humanos, naturalmente, pero también de derechos añadidos porque, lamentablemente, acostumbramos a vulnerar los derechos de las personas que no pueden defenderse. Bajo esa idea estamos liderando, desde el Pacte Nacional de Salut Mental (PNSM), la transformación a la atención de la salud mental en Cataluña».

¿Cuál es la estrategia general del PNSM en relación a los QualityRights?

«Durante la pandemia, y cuando estaba al frente del Programa de abordaje integral de los casos de salud mental de elevada complejidad del Departament de Salut, tuvimos mucho contacto con la OMS porque, verdaderamente, era muy complicado garantizar todos los derechos que nos decían que debíamos garantizar en las guías.

Cuando se puso en marcha el PNSM, y después de muchas conversaciones con expertos en ética y con las primeras personas, entendimos que era necesario adquirir un compromiso más firme con los derechos y volvimos a contactar con ellos. En este sentido, la propuesta ha sido un convenio con la OMS a través del cual nosotros nos comprometemos a hacer difusión y promocionar activamente la formación virtual y presencial sobre los derechos de las personas con problemas de salud mental en todas las capas de la sociedad, y a implementar los QualityRights en la acción política, todo con el apoyo de la OMS.  

Para la promoción de la formación, que cualquier persona puede hacer online en la plataforma de elearning de la OMS, traducimos toda la documentación al catalán y castellano y está a disposición de la ciudadanía, a través de Support Girona y de SOM Salud Mental 360.

Ya no son solo los profesionales los que deben formarse, sino que la ciudadanía debe comprender que estamos vulnerando mucho los derechos de estas personas únicamente porque tienen un trastorno de salud mental.

Asimismo, estamos trabajando en una estrategia de formación de formadores que permitirá hacer llegar en cascada este conocimiento a diferentes capas de la sociedad, desde profesionales hasta entidades sociales y más allá».

En el aspecto formativo, ¿qué acciones se están llevando a cabo, para qué colectivos y cuál es el resultado esperado?

«Lo primero es formar a formadores que serán los que irán por toda la sociedad a formar personas que, después, podrán seguir formando a otras personas dentro de su entorno directo. Esta formación aporta toda aquella información que necesita cualquier persona para poder asumir todos estos derechos, entender lo que dice la Convención, qué significa respetar los derechos y qué significa garantizarlos. Y, sobre todo, cómo la persona con experiencia vivida en salud mental explica qué es lo que pide, lo que siente y lo que necesita para sentirse una igual dentro de la sociedad.

Nuestro objetivo es llegar a las 100 mil personas formadas en tres años. Por tanto, a los que debemos convencer sobre todo son las grandes instituciones, todas las patronales. Tienen que entender que esta transformación es indispensable.

La formación sola no hará cambiar las cosas, sino que habrá que legislar y también posibilitar entornos de intercambio de experiencias, de conocimientos, divulgación y empoderamiento a través de grandes plataformas, como estamos haciendo con Support Girona y SOM Salut Mental 360. Es todo este movimiento a la vez el que hará posible liderar esta transformación».

Si tuviéramos que decir hasta qué punto la atención en salud mental en Cataluña se hace basada en los derechos, ¿en qué momento estamos?

«Es difícil tomar la foto desde el punto de vista de todo el mapa, pero es cierto que hay muchísimos proveedores de la salud, expertos y profesionales que lo creen. Y lo creen tanto que ellos mismos, antes de que nosotros pusiéramos en marcha esta estrategia, ya lo estaban implementando. Hay que entender que el tema de los QualityRights no es solo un tema de derechos, en general, sino que se derivan de él una cantidad de cuestiones muy importantes. A modo de ejemplo: no se pueden realizar contenciones; no se pueden realizar ingresos involuntarios según con qué metodología o sin informar a la persona afectada; es necesario que las personas puedan realizar una Planificación de Decisiones Anticipadas (PDA) para que, en caso de crisis, hayan manifestado antes qué atención quieren recibir; toda la formación de los peer to peer, etc.

Lo que ocurre es que todo esto no está reflejado como país a través de una ley, protocolo y circuito. Así que hay que agradecer mucho a todos aquellos que se están avanzando antes que nosotros, que somos mucho más lentos, podamos consolidar qué es lo que debería hacer toda la red de salud mental, que no solo es la de salud, debemos pensar también en los hogares residencias y en las personas que, en algún momento determinado, están en prisión. Por tanto, estamos hablando de garantizar los derechos de la persona esté donde esté y, por tanto, implica a más de un departamento dentro del Gobierno.

Dentro de la estrategia del PNSM está promover una ley, lo que ocurre es que esto tardará y, por tanto, no esperaremos a que se haga una ley de salud mental para empezar a consolidar todos estos temas. Estamos implicando a todo el Gobierno para ver cómo hacerlo, pero creo que este 2024 debe quedar muy claro cuáles son las malas prácticas que no deberían utilizarse y, por tanto, hacer la formación, dar la información, mirar indicadores y evaluar».

En profundidad

¿Cómo se está trabajando la estrategia interdepartamental en el Gobierno?

«Efectivamente, esta estrategia implica a diferentes departamentos: Salud, Derechos sociales, Trabajo, Educación, etc., ya que la persona puede sentirse vulnerable y no respetada en cualquier ámbito. Ciertamente es difícil poner en común, pero el PNSM es un pacto de gobierno, de país, y estamos teniendo una respuesta muy buena a la hora de implementar estas acciones que garanticen los derechos. Lo que nos piden desde los departamentos es, sobre todo, que les informamos bien, que les formamos y les demos las herramientas para poder hacerlo. Les hace falta este acompañamiento por nuestra parte porque no tienen suficiente experiencia ni capacidad para hacer esta revolución en dos días. Y esto es lo que estamos trabajando ahora: entender qué necesita cada departamento para que la persona, esté donde esté, pueda estar tranquila y con una calidad de vida notable».

¿Por qué debería interesarse la ciudadanía en formarse en Derechos de Calidad?

«Porque hay que explicar muy bien qué es un problema de salud mental, luchar contra el estigma y que, desde pequeños, en la escuela, ya sepan que existe esta problemática, como cualquier otro problema de salud.

La vida cambia, la sociedad avanza y la atención a las personas con problemas de salud mental va mucho más allá de proporcionar una medicación o atenuar sus síntomas. Va mucho más allá; la persona que tienes delante es exactamente igual que tú. Por tanto, además de paliar los síntomas, debes intentar que recupere su vida y que, por tanto, pueda seguir ejerciendo como ciudadano de pleno derecho.

Pienso que el ciudadano debe saber que él también puede tener un problema de salud mental en algún momento de su vida, nos puede pasar a todos, y en este contexto debe preguntarse: ¿Qué le gustaría que le pasara? ¿Cómo quisiera que le trataran cuando va por la calle, cuando está en una sala de agudos, cuando está con su familia o cuando está solo? Si uno es capaz, por un momento, de ponerse en la piel del otro, entenderá la importancia de conocer sus derechos, respetarlos y ayudar, en un momento determinado, a alguien que lo necesite, porque un día puedes ser tú. Es por eso que se necesita la formación de los QualityRights.

A mí me pasó, por ejemplo, con las personas sin hogar. De pequeña me decían que las personas que vivían en la calle eran el hombre del saco. Claro, desarrollé ese miedo y rechazo que me ha durado hasta ahora, hasta que a través de campañas y de tener el conocimiento he entendido que son personas con vidas truncadas por diferentes motivos y que te puede pasar a ti o a cualquier persona de tu entorno. Porque una causa social acaba reventando la vida de una persona. Entender todo el contexto te cambia la mirada hacia la otra persona y, por tanto, te cambia la actitud.

Necesitamos que la gente entienda que las personas sin hogar, o las personas con problemas de salud mental, no se lo han buscado y no están en esta situación porque ellos quieren, sino que existen unos condicionantes sociales o biológicos que han hecho que esta persona tenga que convivir con este problema. Y es imprescindible que este tipo de campaña no se haga desde la compasión ni la caridad, sino de tú a tú, desde el reconocimiento como iguales».

¿Qué papel tienen las personas con experiencia vivida y las asociaciones en este compromiso con los QualityRights?

«Un día, personas ya mayores me estaban explicando lo que habían sufrido, cuál era su experiencia, y yo les dije: "Venís de un silencio antiguo y muy largo". Ésta es una frase que aplicamos a menudo cuando hablamos del tiempo de la dictadura, pero muy aplicable a la situación que se daba, no hace tantas décadas, con las personas con trastornos de salud mental, cerradas con cerradura y llave y aisladas de la sociedad.

Estas personas son las que han tenido la fuerza de decir: “hasta aquí hemos llegado”, y, aunque les digan locos y les insulten, han dicho que ya es suficiente. Esta fuerza es la que nos obliga al resto a despertar, por eso el primer objetivo del PNSM es el empoderamiento de la persona y que ésta pueda convivir con nosotros con las mismas condiciones de igualdad y calidad de vida. Es muy destacable todo el trabajo que han realizado y realizan las asociaciones en relación a documentación, jornadas, campañas, etc., sin apenas ayuda económica. Realmente han llegado muy lejos. Por tanto, el PNSM está dedicado a ellos, es la razón de ser, y que nos permite evitar que cada uno haga su camino de forma individual sin llegar a consensos, sin escucharnos y poniéndonos objetivos comunes. Esa transformación es un compromiso de país».

En Cataluña existe la apuesta por un modelo de atención comunitaria en salud mental. ¿Qué encaje tiene la estrategia de los QualityRights en esta transformación del modelo de atención?

«Ambas estrategias deben ir juntas y eso ralentiza un poco el progreso. En cualquier caso, lo estamos haciendo andar igualmente, consolidando el hecho de que cualquier acción que hagamos debe estar alineada con los QualityRights. Empezaremos a avanzar despacio y, con el tiempo, ambas estrategias quedarán integradas.

Yo creo que la gente lo acepta, los profesionales aceptan que no pueden seguir trabajando sin saber que esto es lo más importante y eso me anima muchísimo porque, verdaderamente, todo el mundo se está poniendo en serio. No he encontrado a nadie reacio, el cambio de mentalidad es espectacular en Cataluña, gracias también a que estamos haciendo mucha red y divulgación».

¿Cuál es el principal reto del despliegue de esta estrategia?

«Para mí el principal reto es conseguir normalizar al 100 % los problemas de salud mental, que la sociedad esté preparada para convivir, respetar y ayudar. Por ejemplo, que los niños reconozcan perfectamente los derechos de las personas; que la gente no se gire a mirar o insultar a una persona con un trastorno de salud mental; que no se juzgue; que no se huya de situaciones vividas por estas personas si hay momentos de crisis o agitación solo por miedo, sino que se acerquen, que entiendan. Cuando todo esto ocurra, es cuando la sociedad estará preparada.

Desgraciadamente falta muchísimo, muchísimo para que la gente entienda cuáles son las habilidades y las capacidades de una persona con problemas de salud mental. Solo vemos las incapacidades, solo vemos lo que no pueden hacer y no vemos todo lo que podrían hacer si les echáramos una mano garantizando sus derechos. O sea, abrir muchas más puertas. Cuando todas las puertas estén abiertas para todos y no tengamos problemas de paro exagerado en personas con problemas de salud mental, o de centros de agudos a reventar con puertas cerradas, cuando empecemos a ver que esto se normaliza, entonces yo ya seré feliz».

¿Qué hay que hacer desde el ámbito educativo?

«Es imprescindible que en los lugares donde la administración tiene competencias, por tanto, allí donde se concentra toda la ciudadanía, como educación y salud, podamos ofrecer una formación escalonada. Es decir, no se trata de dar una charla a los niños de 6 años y ya está, sino que este tema debe estar presente a lo largo del camino educativo de la persona conforme va creciendo y va asumiendo qué significa el compromiso social, la diversidad, la empatía hacia lo que es diferente a uno mismo, etc., y debe hacerse dentro del aula, desde educación primaria hasta los estudios superiores, y continuar en los entornos laborales. Debe impregnarlo todo de forma orgánica».

¿Cuál es la capacidad real de cambio por parte de los centros de atención y las diferentes capas que tiene?

«No podemos dejar un tema tan importante como éste a la voluntariedad de las personas o de las instituciones. Detectamos que hay muchas ganas de hacer estos cambios, pero se nos pide concreción sobre qué cambios hay que hacer, qué implican y cómo se evalúan, porque sino será difícil que se lleven a cabo por varios motivos. El contexto que tenemos ahora mismo es de carencia de profesionales en el ámbito de la salud y un alud de demanda. Esto hace que los proveedores prioricen la atención más inmediata o que la persona esté bien.

Es por eso que la administración debe tener una estrategia, un compromiso económico y de evaluación para poder implementarlo. Con las estrategias del PNSM aprobadas por el Gobierno podremos ponernos manos a la obra para definir qué deben hacer los profesionales y en qué condiciones, y con qué beneficios para la persona afectada.

No es fácil porque todavía hay quien no entiende el valor de la experiencia de la persona con experiencia vivida a la hora de tratar y acompañar. Por eso hay que dar tiempo de atención, debemos garantizarlo desde la administración y supone un cambio en la forma de tratar a la persona. Es difícil, pero yo creo que estamos muy preparados para ello».

¿Catalunya está liderando en el ámbito estatal esta apuesta? ¿Cuál es la foto de la apuesta de los Derechos de Calidad en España? ¿Y en Europa?

«Creo que somos los únicos del Estado que estamos trabajando este tema como estrategia de país. Es decir, los únicos que hemos terminado haciendo un convenio con la OMS por este tema. Cuando hablo con las demás comunidades autónomas, es verdad que algunas están impulsando aspectos como los peer to peer o las PDA, pero de forma concreta, sin una visión general de todo el tejido social y asistencial. En este sentido, Cataluña es bastante referente en cómo lo estamos haciendo y tenemos previsto traducir nuestra estrategia al castellano y al inglés para poder explicar o acompañar, si se nos pide, a otros territorios que quieran implementar una estrategia.

Es cierto que en Cataluña hace muchos años que se habla de este tema. En Sant Joan de Déu, por ejemplo, hace más de 20 años que empezaron a introducir la visión de la persona integral, y que ha sido totalmente diferente al resto de servicios que puedan existir en Cataluña. Todo esto ayuda a que seamos líderes, sobre todo por las iniciativas de muchos proveedores y muchos servicios.

A nivel europeo yo creo que tienen otra mentalidad; esta mirada la tienen bastante integrada, aunque también hay zonas más desarrolladas que otras, como ocurre en Francia, Inglaterra, Italia.

Un aspecto muy importante es el modelo de sociedad. Es decir, en las sociedades mediterráneas la convivencia de la familia, sin la cual no saldríamos adelante, es muy diferente a la de las sociedades más nórdicas o Estados Unidos, por ejemplo. Este carácter y valor que damos a la familia es clave para poder realizar esta transformación. Es algo que compartimos, por ejemplo, con países de Latinoamérica, en los que la familia es el núcleo».

Este contenido no sustituye la labor de los equipos profesionales de la salud. Si piensas que necesitas ayuda, consulta con tu profesional de referencia.
Publicación: 11 de Diciembre de 2023
Última modificación: 5 de Marzo de 2024

Magda Casamitjana Aguilà (Barcelona, 1963) se puso al frente del Pacte Nacional de Salut Mental el 2022 con el objetivo de definir las políticas del Gobierno de la Generalitat y del país sobre la salud mental, garantizando un enfoque integral, responsable y comunitario con las personas y sus familias en el centro, y que garantice el derecho de las personas con problemas de salud mental a la plena ciudadanía, a la inclusión comunitaria y a la inserción laboral.

Con este compromiso de país, el Gobierno ha firmado un convenio con la Organización Mundial de la Salud (OMS) en relación con la iniciativa mundial de los QualityRights (Derechos de Calidad), la herramienta para mejorar la calidad de la atención prestada por los servicios sociales y de salud mental y promover los derechos humanos de las personas con discapacidad psicosocial, intelectual o cognitiva. Un compromiso que implica diseñar una estrategia nacional de salud mental totalmente orientada a los Derechos de Calidad e implementar acciones interdepartamentales que los garanticen en la práctica diaria; una estrategia de formación presencial acreditada para profesionales; incentivar a diferentes colectivos profesionales y ciudadanía para realizar la formación virtual y la divulgación general sobre derechos humanos, recuperación y lucha contra el estigma.